Sherlock Holmes, de Guy Ritchie

Estamos ante una palomitera superproducción que consigue lo que pretende, entretener, pero a que precio. Un guión que lo único que consigue es concatenar las escenas de acción, una acción que no es propia del personaje que lleva el título de la película y su inseparable compañero, efectos especiales a mansalva que no escatima en extras y bits para presentarnos una espectacular representación del Londres del siglo XIX. El título en cuestión Sherlock Holmes, es el que ha trazado Guy Ritchie pero no se trata para nada de una revisión del citado personaje, en el espectro opuesto de La vida privada de Sherlock Holmes de Billy Wilder, podría ser una precuela de James Bond o John McLane, pero jamás encarnar el espíritu del personaje de Sir Arthur Conan Doyle. Una traición al personaje y nunca una revisión de él como pretenden dar a entender productores y director. Esperemos que las otras producciones que están a la vista este 2010 como son Robin Hood y Alícia en el país de las maravillas tengan otras virtudes que la espectacularidad y la acción que a esta le sobra y le basta para los amantes del género de acción mezclado con los recursos de la serie C.S.I. para explicar sus deducciones, pero muy flaco favor le hacen al método deductivo y a la literatura al perpetrar estos "homenajes".

En definitiva, si la película nos explicase un nuevo personaje no sería tan crítico, la película consigue entretener, sin estridencias, y el buen hacer de los actores hace pasar el rato juntamente con la factura, pero al pensar durante el visionado que se trata de un personaje que algunos ya conocemos de primera mano gracias a la literatura o tenemos la imagen del gran Peter Cushing enfrascado en un pensamiento mientras saborea su pipa, la comparación nos parece francamente odiosa. No creo que se deba comparar con nada, pero decepciona a los clásicos a pesar de que a las nuevas generaciones les debe encantar. Loor a los héroes de acción una vez más. Adiós a la elegancia, a la sagacidad, a la clase, eso ya no corresponde a estos tiempos.

Estrenos prometedores para acabar enero...

Parece ser que esta semana coinciden en su estreno en las carteleras españolas 3 grandes directores con sus correspondientes películas, precedidas de buenas críticas. Empezamos con Stephen Frears y su Cherí, que tiene como aliciente una Michelle Pfeiffer que ya no es sólo una cara bonita y en este film lo acomete. Precedido de varios premios importantes nos llega En tierra hostil, de Kathryn Bigelow (ex-mujer de James Cameron, del que mucho se habla también estos días). Esta vez afrontando la vida en Iraq de un escuadrón que se dedica a desactivar bombas que pinta muy pero que muy bien. Y por último Invictus, de Clint Eastwood que siempre tenemos la duda de si sólo hará muy bien o será una obra maestra. Por si fuera poco la temática es especialmente atractiva, el fin del apartheid en Sudáfrica durante el campeonato mundial de Rugby y basada en el el libro de John Carlin, El factor humano. Por si todo esto fuera poco, tenemos al grandísimo y reverenciadísimo Morgan Freeman haciendo de Nelson Mandela. ¿Podemos esperar más? Bueno si tenéis paciencia la semana que viene se estrena The road, basado en la fantástica novela de Cormac McCarthy, dirigida por John Hillcoat e interpretada por Viggo Mortensen que pudimos ver en el Festival Internacional de Sitges y que ya os comentamos por aquel entonces y que podéis consultar(octubre).

Bienvenidos a Zombieland, de Ruben Fleischer

El gran George A. Romero es el padre del genero Zombie en La noche de los muertos vivientes (1968), estos eran unos seres caníbales que eran tremendamente lentos. Como todas las ideas geniales, los zombies han sido incluso un género propio dentro del terror, pero muchas de esas películas lo único que han generado ha sido decepción tras decepción. Danny Boyle puso de moda los Zombies rápidos en 28 días después. Muchas de las películas que han contado con relatos con zombies y alguna estrella de Hollywood han demostrado más carencias que otra cosa siempre bajo la promesa de sangre y sustos, y esperábamos algo parecido en esta Bienvenidos a Zombieland de Ruben Fleischer... pero no, es una gran comedia bien interpretada y bien dirigida con buenos efectos especiales y una gran música de fondo (el inicio a cámara superlenta y música de Metallica de fondo es un gran inicio). Woody Harrelson a la busca de sus pastelitos favoritos antes que desaparezcan mientras destroza zombies, Bill Murray interpretándose a si mismo en el mejor gag de la película y la preadolescente little miss Sunshine Abigail Breslin acompañan a un frikie Jessie Eisenberg en un viaje postapocalíptico al estilo de La carretera de Cormac McCarthy pero lleno de ironía y buen humor, una película que puede hacer reír "a toda la familia" y que está muy bien hecha.

Jean Simmons (1929 - 2010)

Queremos tener un recuerdo desde cinéfilos para una gran actriz que nos deja en este recién comenzado 2010, Jean Simmons, una de las grandes estrellas de Hollywood y que en las muchísimas películas que participó nos dejó interpretaciones espectaculares en grandísimas películas. Sólo en la década de los 50 participó en películas como: Cara de Ángel junto a Robert Mitchum, de Otto Preminguer; La túnica sagrada y Desiree, ambas de Henry Koster; Ellos y ellas, de Joseph L. Mankiewicz; Sinhué el egipcio, de Michael Curtiz; El fuego y la palabra, de Richard Brooks, junto a Burt Lancaster, y a destacar Horizontes de grandeza, de William Wiler, junto a Gregory Peck y Charlton Heston, y Espartaco de Stanley Kubrick, junto a Kirk Douglas. Siempre rodeada de enormes directores y grandes actores, como a ella le correspondía por su talento y su belleza. Para comprobar esto último sólo hay que mirar como muestra este link.

FILOSOFIA Y CINE: JEAN-PAUL SARTRE

Decir que Jean-Paul Sartre ha sido uno de los intelectuales de mayor influencia durante el siglo XX seguramente no tiene nada de aventurado ni de original. Que fue un intelectual comprometido y que realizó una dura crítica social hacia la clase social de donde él procedía, la burguesía, ya raya lo absolutamente obvio. Que Sartre es uno de los filósofos que más nos gusta y por eso hemos leído todo lo que de él se ha publicado es novedoso, pero no importa a nadie, ¡que le vamos a hacer!

En este año que nos ha dejado se ha publicado en castellano algo de Sartre que hasta ahora era inédito, y por lo tanto desconocido para el gran público (al público filosófico me refiero), por parte de la editorial Edasha. Se trata de Tifus, un guión cinematográfico, casi tratado profesionalmente que escribió Sartre en 1943 con intención de que se rodase pero que finalmente cayó en el olvido.

"Ambientado en una colonia malaya donde se declara una epidemia de tifus, su planteamiento recuerda a otras obras anticoloniales de la época, pero su atmósfera y sus preocupaciones éticas lo sitúan en la órbita de La peste de Camus. [...] Para llevar a cabo su acerba crítica social, Sartre se sirve de algunos personajes arquetípicos [...] la historia tiene una clara finalidad moral y en ella pueden reconocerse algunos de los temas dilectos de Sartre, como la responsabilidad o el compromiso."

Los que conozcan algo de Sartre no se sorprenderan en absoluto del tratamiento ni de los temas tocados por el autor, pero lo que si sorprende es la profesionalidad con la que está escrito el guión, pensado ya con imágenes, pensando como cinéfilo, ya que Sartre era un gran defensor del cine como transmisor de ideas, de un medio que era capaz de hacer reflexionar a la vez que entretener y emocionar. Lo que no sabemos es si le hubiesen concedido un Oscar de Hollywood, si lo hubiese aceptado o rechazado como hizo con el Nobel de literatura.

LA CINTA BLANCA (9), de Michael Haneke

La cinta blanca es una película sencillamente sensacional. Rodada en un majestuoso blanco y negro, duro y necesario, con una fotografía fantástica, (para no perderse tampoco los paisajes nevados, por su atipismo) una interpretación coral realmente impresionante, un guión de lo mejor sin ninguna duda de todo el 2009 y una dirección que para muchos es sin duda la mejor obra de Michael Haneke, el director. Un director que cosecha entre los que ven sus películas, tantos incondicionales como odios, pero que en este film ha conseguido unas críticas unánimes. Rodada sin banda sonora, tan solo la que interpretan algunos de sus intérpretes, lo que todavía incomoda más al espectador con ese guión que fluye constante creando una atmósfera, un ambiente de thriller con una precisión cronográfica y con un diseño milimétrico de la puesta en escena con auténtica maestría. Un film ingenioso, duro, hipnótico, que quedará en las retinas de los cinéfilos horas después de su visionado.

Haneke nos recuerda con su tratamiento de la cámara al mejor Bergman (eso se ha escrito) aunque a nosotros se nos asemeja más a Tarkovsky, unos diálogos llenos de sentido y una historia turbadora, llena de misterio, densa, terrible, que nos sitúa en los años anteriores de la primera Guerra Mundial que puede que nos abra los ojos sobre lo que sucedía en las zonas rurales del interior, donde el protestantismo moldeaba a los hombres de una manera muy alejada a lo que estamos acostumbrados a vivir y unos niños, otra vez ellos, que nos sobrecogen por la historia y por sus interpretaciones.

Cine de calidad, cine europeo, de autor, y si alguien la quiere tildar de obra maestra, desde aquí no nos opondremos en absoluto a semejante adjetivo. Una película para disfrutar de auténtico cine de calidad, personal y auténticamente impresionante, y como siempre, un gran final, como en casi todas las películas de Haneke. Imágenes sencillamente impactantes, como la del niño que baja las escaleras en medio de la noche llamando a su hermana, y una violencia que surge siempre del hombre, su lado más oscuro, como el sempiterno tema de las películas de Haneke.

IVÁN ZULUETA (1943 - 2009)

Empezamos la primera entrega de este nuevo año con un homenaje a un director español fallecido el 30 de diciembre y considerado como director de culto entre la modernidad:

IVÁN ZULUETA y "ARREBATO"

Nacido en San Sebastián en 1943, se traslada a Madrid donde estudia Decoración. Se va a Nueva York en 1963 entrando en contacto con el Pop Art, la Nouvelle Vague y el New American Cinema.
A su vuelta se matricula en la Escuela de Cinematografía donde conoce a José Luís Borau, su profesor de guión y mentor a lo largo de su carrera. Realiza dos cortometrajes, Ágata (1966) e Ida y vuelta (1967). Éste es censurado y abandona la Escuela sin licenciarse.
Realiza su primer largometraje, Un, dos, tres, al escondite inglés, en 1969. Zulueta aún no podía figurar en los títulos de crédito, por lo que Borau es el que aparece como productor. Ver títulos de crédito.
Siguió trabajando con Almodóvar, Ricardo Franco, Jaime Chávarri o en sus propios proyectos, como en corto Leo es pardo (1976). Vedlo aquí.

Su obra cumbre es Arrebato, estrenada en 1980. Película experimental, hoy en día considerada de culto, sobre una obsesión vital: la heroína, el sexo, las cámaras súper 8 que devoran el alma... Una metáfora de la vampirización del cine protagonizada por Eusebio Poncela, Will More, Marta Fernández-Muro y Cecilia Roth.
En su web comenta algunos aspectos del accidentado rodaje de esta película www.ivanzulueta.com

Fue su segunda y última película aunque sí rodó unos cuantos largometrajes: Frank Stein (1972) verlo aquí. Kinkón (aquí) o el cortometraje rodado en súper 8 Acuarium (1975) Aquí.
Paralelamente desarrolló una obra gráfica dedicada al cartelismo cinematográfico y a la fotografía. Suyos son carteles para películas de José Luis Borau, Pedro Almodóvar o Miguel de Albadalejo entre otros.
Su último trabajo con la cámara fue el rodaje en 1992 de Ritesti, un capítulo para la serie de televisión "Cronicas del mal" Vedlo aquí

En el 2004 se presentó el DVD de la película Arrebato, realizado por el diario El País (AQUÍ)

Iván Zulueta fue el paradigma de director maldito, de cineasta de culto, aunque nunca acabó de sentirse cómodo con estas definiciones. "Estoy harto de que me hablen de mi supuesta leyenda, pero uno se acostumbra a todo" comentó hace cinco años, con motivo de la proyección en el Zinemaldia del documental Iván Z, a él dedicado y realzado por Andrés Duque en 2004. (AQUÍ)

ERIC ROHMER (1920 - 2010)

Empieza el año cinematográfico con una perdida más que sensible para nuestro mundo. Eric Rohmer, uno de los directores de la nouvelle vague francesa y amigo y compañero de Godard, Rivette, Chabrol, Resnais o Truffaut. Su cine es hasta cierto punto simple a la vez que intelectual. No en vano el decía que sus películas no tenían mensaje, simplemente era gente en movimiento, pero los que hayan visto las más de 80 películas suyas se darán cuenta de que no es tan simple como el dice, aunque los puntos de partida si que suelen ser sencillos aunque los puntos de vista morales que planteaba no lo eran tanto. Películas como La rodilla de Clara, Pauline en la playa, Mi noche con Maud, El rayo verde o sus cuentos estacionales son una buena muestra de este grandísimo director e intelectual que nos ha dejado un legado impresionante.

Patrick Stewart y Peter Jackson, Caballeros del Imperio Británico

Hace poco nos hacíamos eco de la noticia sobre la concesión a Clint Eastwood de la Legión de Honor francesa, máxima distinción del país, y ahora nos llega la noticia de que dos caballeros más del cine reciben títulos honoríficos, esta vez desde Gran Bretaña. Isabel II ha nombrado caballeros del Imperio Británico al actor Patrick Stewart, Jean Luc Picard, capitán de la nave Enterprise en Star Trek;la nueva generación, y al director Peter Jackson, entre otros trabajos, el responsable de la trilogía de El Señor de los Anillos.
Algo debe estar pasando en el cine o en la sociedad para que cada vez lleguen más reconocimientos de este tipo para sus representantes, o bien nos quedamos sin referencias válidas en otros campos y estos personajes son más accesibles al gran público que intelectuales de otro tipo, sólo para minorías selectas. Sea cual fuere la causa, no discutimos en ningún caso estos honores para estos tres insignes personajes. Por cierto el de la foto de la derecha no se ha comido al de la izquierda, simplemente es el después y el antes. La fama tiene estos efectos... puede ser un buen método para perder esos quilos de más (o toneladas) que algunos podemos haber cogido después de las comilonas pantagruélicas que acostumbran a sucederse por estas fechas.